Las primeras manos que trabajan una pieza son las del tornero o alfarero.
Si bien antes ha habido que preparar bien el barro, amasándolo para dejarlo
en un punto de dureza que permita trabajarlo con comodidad.
Normalmente para hacer cualquier pieza se empieza siempre torneando el barro en
una especie de cuenco, que progresivamente se va estirando y modelando en su giro, hasta que
se consigue la forma final.
En algunas piezas, es necesario volver al torno tras una primera fase (normalmente una vez endurecido un poco el barro), son aquellas que
requieren un trato especial de la base o algún tipo de adorno que no se puede
conseguir en la primera pasada.
(Alfarero: Juan Carlos Muņoz)
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